Son las 2 de las mañana y sigo despierta. Mi hermana duerme tranquila, después de un par de días durmiendo mal.
El sueño finalmente me abondonó y no sé cuando volverá, si es que algún día lo hace. Cierro los ojos e intento dormir, pero pequeños flashes que intento olvidar se proyectan tras mis párpados cerrados. Intento cansarme, llegar absolutamente rendida a la cama, mis párpados se van cerrando pero los flashes aparecen y se vuelven a abrir, absolutamente abiertos por miedo a las imágenes que ven.
Las velas, la gente, las lágrimas, sus padres, él de traje, los moratones, su palidez, absolutamente inmóvil.
El golpe, las piernas, el pulso débil, el hospital, la mañana entera a la espera, los sucesivos días de debilidad.
Los gritos, ella tendida, se despierta poco a poco, nuevo mareo.
Todo lo que puedo hacer durante la noche es leer, escribir, tratar de sacar esas imágenes esperando el día en que al cerrar los ojos ellas no aparezcan, hasta que la angustia por la noches desaparezca, hasta que mi cabeza por fin consiga olvidar.
1 comentario:
Esa imagen sólo se irá cuando estés preparada para soltarla. Aferrarte a ello no sirve de nada.
Piensa en la cantidad de vida que hay fuera, y la fuerza que tienen todos los hombrs de salir dia tras día a la lucha.
Más allá de hostias, el mundo merece la pena. Y el amor, más aún.
No renuncies Sally
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