En momentos de crisis y cuando la gente lo pasa mal llega el Boss y transmite un halo es esperanza y durante cuatro horas tu vida y tus problemas se quedan fuera y solo puedes maravillarte y emocionarte con este Artista. Lo suyo anoche fue un derroche de energía continuo, no paró apenas y las casi cuatro horas de concierto parecían pocas cada vez que el Hombre-sí, con mayúsculas todo-decidía dar otro bis y otra canción, sabe poner a la gente en pie como nadie y sabe como mantener a un aforo de 60.000 personas, y vuelvo a repetir la cifra para que seáis conscientes de la hazaña, en silencio, escuchándole embobados, sosteniendo sus luces al aire mientras en el escenario no estaban más que él y su guitarra, eso es un Artista.
Tuvo palabras de aliento para la gente que lo pasa mal en estos tiempos de crisis, y es que si algo a caracterizado a Springsteen durante su larga carrera musical es que se preocupa por lo que pasa a su alrededor y que se preocupa por sus fans, y por ello dedicó una de las canciones más mágicas de la noche a Nacho, un chico de 20 años que falleció hace unos días de cáncer y que como buen fan tenía su entrada preparada para asistir a la cita con su ídolo.
Podría pasarme horas relatando cada cosa que hizo Bruce Springsteen ayer, como comprenderéis cuatro horas dan para mucho, pero mejor me lo quedo para mí para disfrutar solo de cada pequeño detalle que convirtió la de ayer en una noche mágica.
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